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Hasta dónde hemos llegado. Imagen: elpopular.pe |
Luego de que se hiciera
público que el ex guerrero Mario Hart podría ser candidato al Congreso por la
coalición APRA-PPC, y luego de que la tía Lourdes se rindiera en piropos ante Mario (“representa
a la juventud que quiere una vida digna”), en algunos medios y en redes
sociales se ha criticado la presencia del ex de la Baigorria en esta campaña electoral.
Si bien es cierto que su
candidatura ha sido ya descartada (el congresista aprista Javier Velásquez Quesquén ha declarado que Mario Hart
fue una posibilidad pero que ya no), sin embargo ha quedado un sabor amargo en
cierto sector de la población.
Y es que ¿tuvo Mario las cualidades para ser un posible congresista de la República? La joven militante del
Partido Socialista, Sigrid Bazán, en su artículo de hoy publicado en el diario La
República sostiene que Hart nunca ha tenido relación alguna con la coyuntura
política peruana.
“¿Piensan que los jóvenes
que marchamos en contra de un Tribunal Constitucional elegido a dedo y que en
las calles le dijimos NO a la flexibilización de derechos laborales, veremos en
Hart un líder en el Congreso? ¿Acaso él o sus compañeros se han pronunciado
alguna vez sobre algo fuera de sus intereses? ¿Acaso sus líos personales
expuestos en televisión son suficientes para “liderar” o “representar” a algún
joven?”
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Sigrid, tú sí. Imagen: Facebook de Sigrid Bazán |
Los
cargos de congresista o Presidente de la República son cargos políticos:
¡Necesariamente tienen que ser ocupado por políticos!; es decir, personas que han
dedicado buena parte de su vida a atender (activamente o no) los problemas que
incumben a su polis (ciudad, nación).
El
problema es que, en nuestro querido Perú, hemos tenido de todo en el Congreso: voleibolista,
comentarista deportivo, vedette, actriz, etc. El resultado: la calidad de nuestra
política peruana se encuentra hoy en un nivel demasiado bajo.
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Jajaja, ¡basta! Imagen: Salvaje Digital. |
La
crisis de la política peruana es real: no contamos con partidos políticos
serios. La consecuencia: con el tiempo tampoco tendremos políticos de carrera,
sino personajes que, de un día a otro, se aventuren a participar en política. Mario
Hart es un claro ejemplo de ello.