sábado, 29 de octubre de 2016

Jean-Paul Sartre y Simone de Beauvoir.

Esta no es una historia de amor. O tal vez sí lo es. Ustedes mismos juzgarán.

Jean-Paul Sartre y Simone de Beauvoir se conocieron en el año 1929, cuando ella, con apenas 21 años, y él, con 24, se encontraban preparando su cátedra de filosofía para la Universidad de la Sorbona en París. Desde entonces, Sartre y Beauvoir formaron, según la opinión de casi todo el mundo de la intelectualidad, la relación más singular que haya podido conocer la historia entre un hombre y una mujer.

Simone de Beauvoir y Jean-Paul Sartre. Imagen vía: We heart it.

Jean-Paul Sartre, representante moderno de la filosofía existencialista, cuyas obras de estudio como “El ser y la nada”, o novelas como “La náusea”, entre otras, le merecieron el Premio Nobel de Literatura en 1964 -premio que rechazó-, y Simone de Beauvoir, considerada como una de las precursoras del movimiento feminista en el mundo entero por su libro “El segundo sexo”, “formarán una pareja única en su estilo. Una pareja de escritores que apostó por vivir hasta el final una relación basada en la libertad, la igualdad y la complicidad afectiva e intelectual” (Fuente: Documental “No se nace mujer”, de Virginie Linhart).

Ambos se mostraban una gran admiración que no disminuiría con el pasar del tiempo. Compartían sus escritos antes de publicarlos, se contaban todo y debatían durante largas horas sus ideas, en las cuales, según Beauvoir, Sartre siempre salía vencedor.

En Jean Paul Sartre, así lo había dicho ella, Beauvoir había encontrado a la persona más importante de su vida.

“Soy muy afortunada. De repente, ya no estoy sola. Hasta ahora, los hombres que me habían interesado eran de una especie diferente a la mía. Me era difícil comunicarme con ellos sin reservas. Sartre era el doble en quien reencontraba, llevadas a la incandescencia, todas mis manías. Con él podía, simplemente, compartirlo todo. Cuando lo conocí supe que nunca más saldría de mi vida”.
(“Memorias de una joven formal”, Simone de Beauvoir).
Sartre también le prodigaba el mismo afecto a su compañera, o, tal vez, mucho más. En las cartas que él le escribía, por ejemplo, Sartre se dirigía a ella como su “querido Castor”. Y en esas cartas también podíamos encontrar frases como: “Existiendo usted es muy fácil vivir y ser feliz”. “Pequeña mía, me gusta tanto hablar con usted. Fíjese, no tenía nada que decir y escribo cuatro páginas por el placer de escribirle. ¡Ah, qué ganas tengo de verla, mi pequeña flor! La quiero.” (Fuente: “Cartas al Castor”, Jean-Paul Sartre).

Imagen vía: Pinterest.

Sin embargo, lo que parecía a primera vista una relación tradicional entre ambos, común como muchas otras, en realidad estaba muy lejos de serlo. Y es que tanto Sartre como Beauvoir habían tomado la decisión de no ser una pareja clásica.

“Habíamos decidido que viviríamos nuestras vidas juntos, pero en absoluto, ciertamente, nunca se trató de hacerlo bajo la forma de un matrimonio.”
(Simone de Beauvoir [Fuente: Documental “No se nace mujer”, de Virginie Linhart]).
Para ellos, la relación de ambos sería la relación de un “amor libre”. En efecto, tanto Beauvoir como Sartre salían constantemente con otras personas. Más aún, estas salidas no eran para nada secretas entre ellos pues ambos se lo contaban todo en las cartas que se dirigían. No obstante, esto nunca los movió a separarse, pues para ellos la relación que ambos tenían era “un amor necesario”, siendo los otros “amores contingentes”.

Claro ejemplo de que ambos no se abandonarían nunca a pesar de salir con otras personas, fue la relación que mantuvo Simone de Beauvoir con el escritor estadounidense Nelson Algren.

En una carta de Beauvoir a Algren, vemos la intensidad del afecto que ésta le tenía a él:

“Mi querido amor: Nunca he amado a nadie como le amo, con tanto placer en el amor y tanto amor en el placer. Tanta fiebre, tanta paz. Por su manera de amar, me siento una mujer en brazos de un hombre.”
(Fuente: ibíd.).
Pero cuando Nelson Algren le propuso que viviera con él, Beauvoir lo rechazó, pues ésta no concebía una vida lejos de Sartre:

“Mi querido amor: Sí, probablemente debería haberme explicado antes abiertamente sobre Sartre. Hace ya mucho que nuestras vidas se confunden y ya le he dicho hasta qué punto estoy ligada a él por un amor que se asemeja más bien a una fraternidad absoluta.”
(Fuente: ibíd.).
Beauvoir y Sartre en Cuba junto al "Che" Guevara. Imagen vía: wordpress.com

Así fue su relación, llamando la atención y la sorpresa de todo el mundo hasta el final de sus días. Beauvoir y Sartre seguirán juntos hasta la muerte de éste ocurrida el 15 de abril de 1980. La historia de la literatura y de la filosofía los recordará a ambos siempre uno al lado del otro. Cada vez que se hable de Sartre se hablará de Beauvoir, y viceversa. Hasta el día de hoy, no ha vuelto a verse una complicidad y camaradería tal entre dos grandes intelectuales.

“Han compartido sus pensamientos sin escribir la misma obra. Han compartido sus vidas sin vivir juntos. Amaron a otros sin dejar de amarse.”
(Fuente: ibíd.).
En el cuarto libro de sus memorias (“La ceremonia del adiós”), Beauvoir escribió sobre la muerte de Sartre lo siguiente: “Su muerte nos separa. Mi muerte no nos reunirá. Es así; fue ya bastante hermoso que nuestras vidas se hayan juntado durante tanto tiempo.”

Y tú qué dices, desocupado lector, ¿es esta una historia de amor?

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