La bielorrusa Svetlana
Alexievich (la pronunciación sería: Sviatlana Alieksiyévich) ha ganado, hoy, el
Premio Nobel de Literatura 2015 “por sus escritos polifónicos, un monumento al
sufrimiento y al coraje en nuestro tiempo”, así lo anunció la secretaria
permanente de la Academia Sueca, Sara Danius.
Svetlana Alexievich, de 67
años, es escritora y periodista. Sus textos están catalogados como “a medio
camino entre el reportaje y la literatura con lo que consigue acercarse más a
la sustancia humana de los acontecimientos.” En efecto, su libro “Voces de Chernóbil”
(único traducido al español y de la cual pude leer un pequeño fragmento
publicado en el portal web del diario “El País” de España) nos narra el
desastre nuclear ocurrido el 26 de abril de 1986 en esa ciudad ucraniana. Sin
embargo, Alexievich no se contenta con solo presentarnos datos fríos de lo
ocurrido o el número de sus víctimas, sino que nos narra en primera persona (en
este caso, en la voz de la mujer de uno de los bomberos, los primeros que acudieron
a la fábrica nuclear ni bien ocurrida la explosión) la angustia y el drama que
vivieron las víctimas de la radiación. Aquí un fragmento:
Él
empezó a cambiar. Cada día me encontraba con una persona diferente a la del día
anterior. Las quemaduras le salían hacia fuera. Aparecían en la boca, en la
lengua, en las mejillas... Primero eran pequeñas llagas, pero luego fueron creciendo.
Las mucosas se le caían a capas..., como si fueran unas películas blancas... El
color de la cara, y el del cuerpo..., azul..., rojo..., de un gris parduzco. Y,
sin embargo, todo en él era tan mío, ¡tan querido! (…)
¡Lo
quería tanto! ¡Aún no sabía cuánto lo quería! Justo nos acabábamos de casar...
Aún no nos habíamos saciado el uno del otro...
(Fuente: Página web del
diario “El País”).
Este collage entre reportaje
y literatura (“reportaje literario”, dirán los expertos) le permite a
Alexievich hacernos “sufrir” con los hechos que ella está contando, y nos
permite, al mismo tiempo, ponernos en los zapatos de quienes tuvieron que vivir
en la vida real (“la realidad objetiva”, dirá Vargas Llosa) estos dramas.
Podemos decir que la literatura
de Svetlana Alexievich es una literatura de denuncia. Denuncia que la misma
Alexievich nos convence indirectamente a
hacer a través de la identificación o compasión con los personajes que ella nos
presenta en sus libros. Así, Alexievich ha escrito sobre la Guerra de
Afganistán, la desintegración de la URSS, el papel de la mujer soviética en la
Segunda Guerra Mundial.
“Lograr este premio es algo
grande. Es algo del todo inesperado y casi una sensación inquietante. Pienso en
los grandes autores rusos como Boris Pasternak", ha declarado Alexievich a
la prensa tras el anuncio de la Academia Sueca.
Ahora nos queda esperar su
discurso de aceptación del Premio Nobel que tendrá lugar el 10 de diciembre en
Estocolmo. En la ceremonia de premiación, el mismo Carlos XVI Gustavo, rey de
Suecia, le hará entrega de este premio
que, además del diploma y la medalla de oro que recibirá de manos del
rey, está dotado de unos 860 mil euros otorgados a la ganadora. No obstante, el
dinero no es lo más importante para un escritor o escritora como Svetlana
Alexievich, sino que su mayor interés está en que su obra sea conocida (y la
publicidad del Nobel sí que lo hará) y que sus libros ocupen las bibliotecas de
miles de lectores alrededor del mundo, incluso allá en los rincones del orbe,
como es el caso del que escribe estas líneas.