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El papa Francisco imponiendo la ceniza a su cardenales. Imagen: sanpedrosiero.wordpress.com |
El tiempo de Cuaresma, este
año 2016, comenzará el 10 de febrero en toda la Iglesia Católica. Para prepararnos
para este tiempo litúrgico, el Vaticano ha publicado, el 26 de enero, la carta
del papa Francisco en el que invita a reflexionar este tiempo de Cuaresma que
se acerca, y que, además, da paso a la Semana Santa.
A continuación, publicamos
algunos extractos de la carta del papa Francisco dirigida a todos los fieles
cristianos del mundo entero.
1. Dios
es el Dios de la misericordia.
“El misterio de la
misericordia divina se revela a lo largo de la historia de la alianza entre
Dios y su pueblo Israel. Dios, en efecto, se muestra siempre rico en
misericordia, dispuesto a derramar en su pueblo, en cada circunstancia, una
ternura y una compasión visceral, especialmente en los momentos más dramáticos,
cuando la infidelidad rompe el vínculo del Pacto y es preciso ratificar la
alianza de modo más estable en la justicia y la verdad.”
2. La
misericordia de Dios nos invita también a ser misericordiosos.
“La misericordia de Dios
transforma el corazón del hombre haciéndole experimentar un amor fiel, y lo
hace a su vez capaz de misericordia. Es siempre un milagro el que la
misericordia divina se irradie en la vida de cada uno de nosotros,
impulsándonos a amar al prójimo y animándonos a vivir lo que la tradición de la
Iglesia llama las obras de misericordia corporales y espirituales. Ellas nos
recuerdan que nuestra fe se traduce en gestos concretos y cotidianos,
destinados a ayudar a nuestro prójimo en el cuerpo y en el espíritu, y sobre
los que seremos juzgados: nutrirlo, visitarlo, consolarlo y educarlo.”
3. Los
pobres deben ser los primeros en recibir las obras de misericordia.
“En el pobre, en efecto, la
carne de Cristo se hace de nuevo visible como cuerpo martirizado, llagado,
flagelado, desnutrido, en fuga... para que nosotros lo reconozcamos, lo
toquemos y lo asistamos con cuidado”
4. El
amor al dinero nos aleja del amor al prójimo y, por último, del amor a Dios.
“Y actualmente también
pueden mostrarlo las estructuras de pecado vinculadas a un modelo falso de
desarrollo, basado en la idolatría del dinero, como consecuencia del cual las
personas y las sociedades más ricas se vuelven indiferentes al destino de los
pobres, a quienes cierran sus puertas, negándose incluso a mirarlos.”
El mensaje completo del papa Francisco, aquí: