España lleva ya más de 250 días sin un Presidente electo. El Presidente que tienen
actualmente, el señor Mariano Rajoy, es solo un Presidente en funciones, que dirige
al país en “piloto automático” pues, según lo señala la ley española, un
gobierno en funciones no puede aprobar presupuestos generales del Estado ni
presentar leyes al congreso, entre otras limitaciones.
Que España se encuentre
gobernada solo por un gobierno en funciones durante tanto tiempo, resulta
perjudicial para las españoles puesto que se vive un tiempo de para política, o,
como lo llaman ellos mismos, un periodo de bloqueo.
¿Cómo así llegó España a
vivir esta situación? Para esto, tenemos que remontarnos al 20 de diciembre de
2015.
Las elecciones del 20D
El día 20 de diciembre de
2015 se realizaron las elecciones generales para el Congreso de los Diputados. Según
la Constitución española, es el Congreso de los Diputados (conformado por 350
miembros) el que escoge al Presidente del gobierno español. Los ciudadanos, a
través de su voto en las urnas, deciden quiénes van a integrar ese Congreso de
los Diputados.
Ahora bien, en España,
siempre se han llevado la mayor cantidad de votos, y por lo tanto la mayor
cantidad de diputados, solo dos grandes partidos: El Partido Popular (PP) y el
Partido Socialista Obrero Español (PSOE). El PP es un partido de derecha
(controla mucho el gasto social) y el PSOE es un partido de izquierda (promueve
más los beneficios sociales). El Presidente del gobierno español siempre ha
salido de uno de estos dos partidos.
Para ser Presidente del gobierno,
según lo señala la Constitución española, el representante del partido que más
diputados ha obtenido en el Congreso, a propuesta del Rey se presenta ante el
Congreso para solicitar el voto de confianza de los diputados. Esta se obtiene
con no menos de 176 votos (mayoría absoluta).
Antes del 20D, tanto para el
PP como para el PSOE, alcanzar esta mayoría no les resultaba complicado.
En las elecciones generales
de 2011, por ejemplo, el PP obtuvo 186 diputados; por lo tanto, su representante,
el señor Mariano Rajoy en ese entonces, fue elegido Presidente del gobierno
español.
La crisis comienza cuando,
para las elecciones del 20 de diciembre, hacen su aparición dos nuevos partidos
políticos que despiertan grandes simpatías entre los españoles: Podemos
(partido de izquierda) y Ciudadanos (de centro).
Tanto Podemos como
Ciudadanos se presentaban ante todos como la nueva generación de la política española,
ajena a la clase política tradicional (léase PP y PSOE). Esto, que no se había
visto nunca antes, gustó mucho a los españoles.
Para las elecciones del 20D,
estos cuatro partidos presentaban a sus siguientes representantes: PP a Mariano
Rajoy, PSOE a Pedro Sánchez, Podemos a Pablo Iglesias y Ciudadanos a Albert
Rivera.
De izquierda a derecha: Mariano Rajoy (PP), Pedro Sánchez (PSOE), Pablo Iglesias (Podemos) y Albert Rivera (Ciudadanos). Imagen vía: cronica30.es |
Y aquí la sorpresa. Las elecciones
del 20D arrojaron los siguientes resultados: PP (123 diputados), PSOE (90
diputados), Podemos (42 diputados), Ciudadanos (40 diputados). Ningún partido obtenía
la mayoría absoluta (176 diputados).
El rey Felipe VI, tal como
lo mandaba la tradición, propuso al representante del Partido Popular, Mariano
Rajoy, para que solicite el voto de confianza al Congreso de los Diputados y
convertirse, así, en Presidente del gobierno. Sin embargo, Rajoy declinó la
oferta pues los votos del PP no le eran suficientes para alcanzar la mayoría
absoluta. Entonces el Rey propuso en su lugar al representante del PSOE, el
señor Pedro Sánchez. Sánchez comenzó a dialogar con las otras fuerzas políticas
con el fin de lograr un pacto y alcanzar así la tan añorada cifra de los 176
votos.
Finalmente, Sánchez pacta
con Ciudadanos y se presenta ante el Congreso de los Diputados el día 3 de
marzo para solicitar el voto de confianza. Sin embargo, esta no se obtiene. El
candidato del PSOE obtiene 219 votos en contra y solo 130 votos a favor.
La Constitución señala que,
de no obtenerse el voto de confianza en una primera votación, el candidato
puede volver a someterse a una segunda votación dos días después. En este caso,
solo bastaría una mayoría simple (que los votos a favor sean mayores a los votos
en contra) para obtener el voto de confianza.
Pero Sánchez vuelve a perder
esta segunda votación: 219 diputados votan en contra, 131 a favor y solo una
abstención.
Pedro Sánchez (PSOE), solicitanto el voto de confianza ante el Congreso de los Diputados. Imagen vía: eldiario.es |
La Constitución, en estos
casos, indica que el Rey puede proponer a otro representante para que solicite
el voto de confianza, y así cuantas veces sea necesario, pero con un límite de
dos meses. Si luego de dos meses el Congreso de los Diputados no escoge al Presidente
del gobierno español, entonces el Rey disuelve el Congreso y convoca a nuevas
elecciones.
Esto fue lo que ocurrió posteriormente.
El día martes 3 de mayo, el rey Felipe VI disolvió el Congreso de los Diputados,
y se convocó a nuevas elecciones generales para el día 26 de junio.
Las
elecciones del 26J
Para esta nueva contienda,
los partidos llegaban unos acusándose a otros. El PP acusaba al PSOE de
frustrar la elección de Mariano Rajoy como Presidente de gobierno; el PSOE
acusaba a Podemos de no apoyar la candidatura de Pedro Sánchez; Podemos acusaba
a Ciudadanos de ser un partido que solo busca el poder a como dé lugar.
Ciudadanos acusaba a Podemos de ser un partido peligroso para los intereses de
España.
Rajoy, Sánchez, Rivera e Iglesias luego del debate presidencial para las elecciones del 26J. Imagen vía: elconfidencialdigital.com |
Así las cosas, se celebraron
las elecciones el día domingo 26 de junio. Los resultados de esta elección
fueron los siguientes: PP (137 diputados), PSOE (85 diputados), Podemos (45
diputados), Ciudadanos (32 diputados).
Nuevamente, el rey Felipe VI
propuso al representante del Partido Popular, el señor Mariano Rajoy, a que
solicite el voto de confianza del Congreso. Esta vez, el representante del PP aceptó
la oferta y comenzó a dialogar tanto con el PSOE como con Ciudadanos, pues los
votos que tenía el PP, otra vez, no le eran suficientes. Sin embargo, el PSOE
adelantó que no iba a apoyar la candidatura de Mariano Rajoy (“No es no”, declaraban
los socialistas). Podemos también señaló que tampoco iba a apoyar la
candidatura de Rajoy porque era "apoyar a un partido corrupto”.
El rey Felipe VI (izq.) se reúne con Mariano Rajoy (der.) luego de celebradas las elecciones del 26J. Imagen vía: bez.es |
El día 9 de agosto se
anuncia a través de los medios que el PP y Ciudadanos se encuentran dialogando
para lograr un acuerdo a favor de la candidatura de Mariano Rajoy. Aunque el
pacto entre PP y Ciudadanos no le bastarían para alcanzar la mayoría absoluta
(solo tendrían 169 votos), esta vez los populares estarían muy cerca de lograr
el tan ansiado voto de confianza del Congreso (solo 7 votos le faltarían para
llegar a los 176). El PSOE y Podemos se han mostrado en contra de ese acuerdo y
piensan votar en contra.
Es en ese contexto que este
día martes 30 de agosto, el representante del Partido Popular, Mariano Rajoy,
se presentará al Congreso de los Diputados a solicitar el voto de confianza del
Parlamento. Sin embargo, recién el día miércoles se llevará a cabo esta
votación.
Algunos medios españoles señalan
que Rajoy no logrará el tan ansiado voto de confianza. Que el PSOE estaría a
favor de unas terceras elecciones al Congreso de los Diputados y que, por lo
tanto, en ningún caso los socialistas brindarán su apoyo a los populares. También
se señala que Podemos, luego del probable fracaso de Rajoy el día 31,
propondría a los del PSOE hacer un pacto y lanzar la candidatura de Pedro
Sánchez a la presidencia del gobierno. Otros señalan que los de Podemos también
estarían detrás de lograr unas terceras elecciones para el Congreso de los
Diputados.
Si ello llegara a ocurrir,
estas terceras elecciones se llevarían a cabo para la segunda quincena de
diciembre. Esto haría que España llegue a pasar un año entero sin un presidente
electo.
Gran responsabilidad que
tienen en sus manos los partidos políticos y delicado momento que están
atravesando ahora los españoles.