domingo, 28 de agosto de 2016

España en su momento crucial.

España lleva ya más de 250 días sin un Presidente electo. El Presidente que tienen actualmente, el señor Mariano Rajoy, es solo un Presidente en funciones, que dirige al país en “piloto automático” pues, según lo señala la ley española, un gobierno en funciones no puede aprobar presupuestos generales del Estado ni presentar leyes al congreso, entre otras limitaciones.

Que España se encuentre gobernada solo por un gobierno en funciones durante tanto tiempo, resulta perjudicial para las españoles puesto que se vive un tiempo de para política, o, como lo llaman ellos mismos, un periodo de bloqueo.

¿Cómo así llegó España a vivir esta situación? Para esto, tenemos que remontarnos al 20 de diciembre de 2015.


Las elecciones del 20D

El día 20 de diciembre de 2015 se realizaron las elecciones generales para el Congreso de los Diputados. Según la Constitución española, es el Congreso de los Diputados (conformado por 350 miembros) el que escoge al Presidente del gobierno español. Los ciudadanos, a través de su voto en las urnas, deciden quiénes van a integrar ese Congreso de los Diputados.

Ahora bien, en España, siempre se han llevado la mayor cantidad de votos, y por lo tanto la mayor cantidad de diputados, solo dos grandes partidos: El Partido Popular (PP) y el Partido Socialista Obrero Español (PSOE). El PP es un partido de derecha (controla mucho el gasto social) y el PSOE es un partido de izquierda (promueve más los beneficios sociales). El Presidente del gobierno español siempre ha salido de uno de estos dos partidos.

Para ser Presidente del gobierno, según lo señala la Constitución española, el representante del partido que más diputados ha obtenido en el Congreso, a propuesta del Rey se presenta ante el Congreso para solicitar el voto de confianza de los diputados. Esta se obtiene con no menos de 176 votos (mayoría absoluta).

Antes del 20D, tanto para el PP como para el PSOE, alcanzar esta mayoría no les resultaba complicado.

En las elecciones generales de 2011, por ejemplo, el PP obtuvo 186 diputados; por lo tanto, su representante, el señor Mariano Rajoy en ese entonces, fue elegido Presidente del gobierno español.

La crisis comienza cuando, para las elecciones del 20 de diciembre, hacen su aparición dos nuevos partidos políticos que despiertan grandes simpatías entre los españoles: Podemos (partido de izquierda) y Ciudadanos (de centro).

Tanto Podemos como Ciudadanos se presentaban ante todos como la nueva generación de la política española, ajena a la clase política tradicional (léase PP y PSOE). Esto, que no se había visto nunca antes, gustó mucho a los españoles.

Para las elecciones del 20D, estos cuatro partidos presentaban a sus siguientes representantes: PP a Mariano Rajoy, PSOE a Pedro Sánchez, Podemos a Pablo Iglesias y Ciudadanos a Albert Rivera.

De izquierda a derecha: Mariano Rajoy (PP), Pedro Sánchez (PSOE), Pablo Iglesias (Podemos) y Albert Rivera (Ciudadanos). Imagen vía: cronica30.es

Y aquí la sorpresa. Las elecciones del 20D arrojaron los siguientes resultados: PP (123 diputados), PSOE (90 diputados), Podemos (42 diputados), Ciudadanos (40 diputados). Ningún partido obtenía la mayoría absoluta (176 diputados).

El rey Felipe VI, tal como lo mandaba la tradición, propuso al representante del Partido Popular, Mariano Rajoy, para que solicite el voto de confianza al Congreso de los Diputados y convertirse, así, en Presidente del gobierno. Sin embargo, Rajoy declinó la oferta pues los votos del PP no le eran suficientes para alcanzar la mayoría absoluta. Entonces el Rey propuso en su lugar al representante del PSOE, el señor Pedro Sánchez. Sánchez comenzó a dialogar con las otras fuerzas políticas con el fin de lograr un pacto y alcanzar así la tan añorada cifra de los 176 votos.

Finalmente, Sánchez pacta con Ciudadanos y se presenta ante el Congreso de los Diputados el día 3 de marzo para solicitar el voto de confianza. Sin embargo, esta no se obtiene. El candidato del PSOE obtiene 219 votos en contra y solo 130 votos a favor.

La Constitución señala que, de no obtenerse el voto de confianza en una primera votación, el candidato puede volver a someterse a una segunda votación dos días después. En este caso, solo bastaría una mayoría simple (que los votos a favor sean mayores a los votos en contra) para obtener el voto de confianza.

Pero Sánchez vuelve a perder esta segunda votación: 219 diputados votan en contra, 131 a favor y solo una abstención.

Pedro Sánchez (PSOE), solicitanto el voto de confianza ante el Congreso de los Diputados. Imagen vía: eldiario.es

La Constitución, en estos casos, indica que el Rey puede proponer a otro representante para que solicite el voto de confianza, y así cuantas veces sea necesario, pero con un límite de dos meses. Si luego de dos meses el Congreso de los Diputados no escoge al Presidente del gobierno español, entonces el Rey disuelve el Congreso y convoca a nuevas elecciones.

Esto fue lo que ocurrió posteriormente. El día martes 3 de mayo, el rey Felipe VI disolvió el Congreso de los Diputados, y se convocó a nuevas elecciones generales para el día 26 de junio.


Las elecciones del 26J

Para esta nueva contienda, los partidos llegaban unos acusándose a otros. El PP acusaba al PSOE de frustrar la elección de Mariano Rajoy como Presidente de gobierno; el PSOE acusaba a Podemos de no apoyar la candidatura de Pedro Sánchez; Podemos acusaba a Ciudadanos de ser un partido que solo busca el poder a como dé lugar. Ciudadanos acusaba a Podemos de ser un partido peligroso para los intereses de España.

Rajoy, Sánchez, Rivera e Iglesias luego del debate presidencial para las elecciones del 26J. Imagen vía: elconfidencialdigital.com

Así las cosas, se celebraron las elecciones el día domingo 26 de junio. Los resultados de esta elección fueron los siguientes: PP (137 diputados), PSOE (85 diputados), Podemos (45 diputados), Ciudadanos (32 diputados).

Nuevamente, el rey Felipe VI propuso al representante del Partido Popular, el señor Mariano Rajoy, a que solicite el voto de confianza del Congreso. Esta vez, el representante del PP aceptó la oferta y comenzó a dialogar tanto con el PSOE como con Ciudadanos, pues los votos que tenía el PP, otra vez, no le eran suficientes. Sin embargo, el PSOE adelantó que no iba a apoyar la candidatura de Mariano Rajoy (“No es no”, declaraban los socialistas). Podemos también señaló que tampoco iba a apoyar la candidatura de Rajoy porque era "apoyar a un partido corrupto”.

El rey Felipe VI (izq.) se reúne con Mariano Rajoy (der.) luego de celebradas las elecciones del 26J. Imagen vía: bez.es

El día 9 de agosto se anuncia a través de los medios que el PP y Ciudadanos se encuentran dialogando para lograr un acuerdo a favor de la candidatura de Mariano Rajoy. Aunque el pacto entre PP y Ciudadanos no le bastarían para alcanzar la mayoría absoluta (solo tendrían 169 votos), esta vez los populares estarían muy cerca de lograr el tan ansiado voto de confianza del Congreso (solo 7 votos le faltarían para llegar a los 176). El PSOE y Podemos se han mostrado en contra de ese acuerdo y piensan votar en contra.

Es en ese contexto que este día martes 30 de agosto, el representante del Partido Popular, Mariano Rajoy, se presentará al Congreso de los Diputados a solicitar el voto de confianza del Parlamento. Sin embargo, recién el día miércoles se llevará a cabo esta votación.

Algunos medios españoles señalan que Rajoy no logrará el tan ansiado voto de confianza. Que el PSOE estaría a favor de unas terceras elecciones al Congreso de los Diputados y que, por lo tanto, en ningún caso los socialistas brindarán su apoyo a los populares. También se señala que Podemos, luego del probable fracaso de Rajoy el día 31, propondría a los del PSOE hacer un pacto y lanzar la candidatura de Pedro Sánchez a la presidencia del gobierno. Otros señalan que los de Podemos también estarían detrás de lograr unas terceras elecciones para el Congreso de los Diputados.

Si ello llegara a ocurrir, estas terceras elecciones se llevarían a cabo para la segunda quincena de diciembre. Esto haría que España llegue a pasar un año entero sin un presidente electo.

Gran responsabilidad que tienen en sus manos los partidos políticos y delicado momento que están atravesando ahora los españoles.

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