jueves, 11 de agosto de 2016

La violencia camuflada de amor.

El año pasado, en el diario La República, leí una nota que llamó mucho mi atención. Se promocionaba la publicación del libro “No te mueras por mí”,  editado por el instituto Vida Mujer, institución dedicada al cuidado del bienestar integral de la salud psicológica de la mujer.

Portada del libro "No te mueras por mí". Imagen: fotografía propia.

El libro, así se anunciaba, contenía las cartas, mensajes de texto, correos electrónicos que habían recibido mujeres de parte de sus respectivas parejas pidiéndoles perdón por haber violentado contra ellas, jurándoles que nunca volvería a ocurrir y que las amaban mucho. Sin embargo, el libro también nos presentaba el triste y terrible desenlace de esas historias: tiempo después, esas mismas personas que suplicaban perdón, volvían otra vez a maltratarlas.

Cuando asistí a la Feria del Libro de Lima del año pasado, vi aquel libro en una de las estanterías de la Feria. Entonces se lo sugerí a mi hermana, que me acompañaba junto a mi papá aquel día, y ella lo compró. Su reacción, cuando ella lo leyó, fue desgarradora: el libro la llegó a “asustar” por lo impactante de las historias. Feminicidios, lesiones graves, traumas psicológicos eran el triste final a la que solían llegar esas historias (y más triste aún al saber que algunas de esas mujeres todavía vivían con su victimario).

El libro, en su primera página, nos dice lo siguiente: “En el Perú la violencia contra la mujer está en aumento. Los casos de mujeres abusadas presentan un mismo patrón: los hombres arrepentidos piden disculpas y convencen a sus parejas de volver con ellos con mensajes de amor. Ese lado “dulce” evita que los denuncien.”

En este post presentaremos algunas de esas historias publicadas en el libro “No te mueras por mí”, a propósito de que faltan pocos días para la gran marcha nacional Ni Una Menos, convocada para este sábado 13 de agosto, y generar así conciencia de que estos hechos no deben ser tolerados, sino, y sobre todo, denunciados, por más que el agresor luego pida perdón con “dulces mensajes de amor”.

Las historias y los mensajes son reales, y, según podemos leer en el libro, se entrevistó personalmente a cada una de las mujeres, cuyos nombres han sido cambiados por su seguridad.

Susana:

Mensaje de texto: “Bebé, te amo. Y nunca me voy a aburrir de decírtelo.”

Desenlace: En 7 años de relación, Susana sufrió fracturas en las piernas, brazos y varias contusiones en la cabeza. Ellos aún son pareja.

Yoselin:

Mensaje de texto: “Bebita, no escuches lo que te dicen. Solo te van a alejar de mí. Ellas no saben lo que tenemos ni por lo que hemos pasado. Tú sabes que te amo. Por favor, contéstame. ¿Quieres que te recoja?”

Desenlace: Días después de recibir ese mensaje, Yoselin salió a comer con sus amigas. Cuando regresó, su novio la golpeó hasta dejarla inconsciente.

Charo:

Mensaje de texto: “Te prometo que lo de ayer no va a volver a pasar nunca más. Tú eres todo para mí. Yo solo puedo imaginar mi vida a tu lado. Solo puedo imaginarme envejeciendo contigo.”

Desenlace: Charo sufrió un traumatismo cerebral. Hasta el día de hoy tiene problemas de dicción (no puede hablar normalmente).

Rebeca:

Mensaje de texto: “Hola, reinita. ¡Felices 5 años! Te amo, cada día que pasa más y más. Vas a ver que  este año va a ser un nuevo comienzo para nosotros. Te adoro, bebita.”

Desenlace: Después de seis años y tres meses de relación, el novio de Rebeca le tiró una olla hirviendo en la cara. Sufrió quemaduras de tercer grado.

Lisset:

Mensaje de texto: “Preciosa, no puedo dormir. Solo te quería decir que te quiero demasiado. Que tengas un lindo día hoy. ¡Te amo!”

Desenlace: Lisset sufrió una lesión que la dejó parapléjica. Su marido le lanzó una piedra, fracturándole la espalda.

Diana:

Mensaje de texto: “Si contara la cantidad de veces que pienso en ti, ¡creo que llegaría a 1000! Ya quiero que sea la noche para verte.”

Desenlace: Diana terminó con su pareja. Sin embargo, ha sufrido tantos abusos que no puede tener intimidad con otro hombre.

Silvia:

Mensaje de texto: “Mi princesita, te extraño mucho. Ya falta poco para vernos. No paro de pensar en ti. Un beso gigante. ¿Tú me extrañas?”

Desenlace: Silvia fue abusada por muchos años más. Desarrolló fibromialgia (dolor y sensibilidad en todo el cuerpo) y constantes ataques de pánico.

Marta:

Mensaje de texto: “Mi amor, cada vez falta menos para que nazca nuestro bebé y solo quiero que sepas que te amo demasiado y que te olvides de todo lo malo que hemos pasado. Vas a ver que nuestro hijo va a ser muy feliz.”

Desenlace: El bebé de Marta nunca nació. La última golpiza la llevó de emergencia al hospital.

Milagros:

Mensaje de texto: “Mi amor, tú sabes que lo nuestro es único. Nadie tiene lo que tenemos. Por eso hay que cuidarlo siempre. Juntos por siempre, bebita.”

Desenlace: A los tres meses de recibir ese mensaje de texto, Milagros recibió la peor golpiza. Después de quedar desfigurada, por fin, terminó la relación.

Viviana:

Mensaje de texto: “Mi amor, perdóname. No he parado de pensar en ti todo el día. Me haces demasiada falta. Soy un imbécil, la cagué. No te quiero perder. Piénsalo."

Desenlace: El novio, en un ataque de celos, le golpeó la cabeza. Viviana perdió la vista en el ojo izquierdo.

VIDEO PROMOCIONAL DEL LIBRO "NO TE MUERAS POR MÍ".


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