sábado, 27 de agosto de 2016

Otra vez Cipriani. :/

¡Por qué, Dios, por quééééé! Imagen vía. redaccion.lamula.pe

Nuestro no tan querido cardenal Juan Luís Cipriani, hoy en su programa Monólogos de Fe Diálogos de Fe, ha rechazado el fallo que ordena al Estado peruano repartir gratuitamente, en un plazo de 30 días, “la píldora del día siguiente”, por considerarla abortiva.

Aunque estas declaraciones eran de esperarse de parte del Cardenal (a nadie le sorprende ya su ultraconservadurismo), desconociendo incluso evidencia científica (como lo publicado por la OMS al respecto, por ejemplo), lo que ha llamado la atención en su programa de hoy son dos frases que han rebotado mucho tanto en los medios como en las redes sociales.



La primera joyita lanzada por Cipriani, cuando se le consultó quiénes estarían apoyando la distribución gratuita de la píldora, fue esta:

“Hay una campaña (…) de algunas minorías y ONG que defienden a los gays, lesbianos. Una minoría en la cual también se han metido algunas ONG internacionales”.
¿En serio, Cipriani? ¿"Lesbianos"? ¿Te has inventando esta palabra? ¡Explícanos!

La segunda joyita fue la que más escándalo provocó y es su referencia despectiva a tres ministras del gobierno de mi tío PPK: Patricia García (Salud), Marisol Pérez Tello (Justicia) y Ana María Romero (Mujer). Esto fue lo que dijo sobre ellas:

“El presidente PPK no tuvo en su agenda nunca estos temas (la distribución de la píldora del día siguiente) y ahora le han salido unas ministras respondonas. Entonces, le han salido tres ministras, una tras otra, empujando una agenda que el Perú no quiere.”
Y entonces las respuestas no se hicieron esperar.




















Cipriani considera, además, que el debate sobre la distribución de “la píldora del día siguiente” no debería distraer al gobierno, pues “el Estado tiene muchas preocupaciones para estar discutiendo temas que honradamente no es la primera prioridad”. ¡¡¡¿Qué?!!!

Lamentables todas estas declaraciones del cardenal que, como ya hemos dicho al inicio de este post, a estas alturas de haberlo conocido tanto, ya no nos sorprende.

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